Ante esta nueva realidad que nos ha tocado vivir a todas las iglesias es importante que tomemos en cuenta algunas recomendaciones y vivamos creativamente y con eficiencia esta nueva realidad.
La pandemia no solo ha traído dolor y muerte, también ha traído esperanza y una nueva forma de pensar.
Nosotros como líderes cristianos debemos ir adelante de lo que las demás personas de nuestras distintas comunidades requieren. La manera en que hoy en día el mundo se moviliza es muy diferente a la que teníamos hace 3 años atrás. Las comunidades de hoy requieren una nueva manera de recibir alimento y crecimiento espiritual. Las formas tradicionales poco a poco van muriendo en el camino y nosotros estamos llamados a utilizar las herramientas que necesitemos actualmente, pero, manteniendo la esencia del cuidado pastoral y la predicación del evangelio, sin amoldarnos a principios antiéticos y pesimistas de cuidado pastoral.
En esta nueva realidad en la que vivimos las iglesias debemos plantearnos una nueva forma de vida, tomando en cuenta las siguientes premisas:
– La iglesia no son los templos, sino las personas. Esto lo sabemos, pero es hasta ahora cuando en realidad lo estamos poniendo en práctica, luego de que nos hemos visto obligados a cerrar los templos físicos y nos hemos visto forzados a cuidar a la iglesia del Señor a través de otras maneras.
– Las comunidades viven por su propia interacción, no por las formas litúrgicas, sino por la vida misma de la iglesia y sus componentes humanos y kerigmáticos de la comunidad.
– Debemos sacarnos de la cabeza la forma tradicional de pastoreo y cuidado de las personas, debemos aprender a vivir esta nueva realidad. Utilizar todas las herramientas tecnológicas, que, a la fuerza en esta temporada, hemos tenido que utilizar.
– Debemos pensar en que, después de esta pandemia las iglesias deberíamos manejar los 2 formatos de la iglesia (presencial y digital) de acuerdo a sus propias realidades socioeconómicas, sin dejar de cuidar a las personas o exigir que tomen una sola alternativa, sino que debemos hacer coexistir estas 2 nuevas realidades con los mismos resultados. Todo esto sin dejar de incentivar a las personas a vivir en comunidad y la importancia de también tener relación presencial con los demás para tener comunión los unos con los otros.
– Los feligreses o miembros de una comunidad deben aprender a dar con generosidad como gratitud de lo que el Señor les ha provisto. Deben entender que con su aporte económico no están pagando por un servicio, sino que están dando con generosidad para que su comunidad pueda ser sostenida, sea está, digital o presencial.
– El mensaje del evangelio debe llegar a las personas que no lo conocen, de nuevas y creativas maneras. No importa el medio, lo que importa es cómo llegará ese mensaje de esperanza.
– Las comunidades crecerán increíblemente por la facilidad que tienen las personas de acceder y participar en una reunión de la iglesia. Esta es la mayor razón por la cual necesitamos estar preparados para lo que se viene luego de la pandemia. Aun las iglesias más pequeñas verán un incremento de asistentes a través de las redes sociales y plataformas digitales.
Para poner en práctica esto debemos trabajar en las siguientes recomendaciones:
– Los pastores y líderes de las iglesias debemos entrenarnos en todas las áreas tecnológicas que ahora se han presentado. Debemos quitarnos de encima los topes tecnológicos que hemos tenido y esforzarnos por entender esta nueva realidad.
– Debemos profesionalizar la transmisión digital a través de las redes sociales y plataformas digitales. Es importante que trabajemos en levantar un equipo, departamento o ministerio de comunicaciones, no necesariamente pagadas, para ejecutar todas las ideas y herramientas que se necesitan para poner en marcha las necesidades de contenido y producción que se requiere. Levantar gente que nos ayude en estas nuevas áreas tecnológicas que la realidad actual nos exige. Este será uno de los ministerios o departamentos más importantes dentro de las iglesias, porque será el ministerio que mueva a todos los otros ministerios internos que tienen nuestras iglesias hacia afuera.
– Perfeccionar el uso de las plataformas digitales para llegar en grupos más pequeños a las personas y puedan sentirse acompañadas y pastoreadas. Si no llegamos a través de grupos más pequeños a las personas, las comunidades morirán porque no habrá Pastor que se alcance para cuidar a la cantidad de personas que podría alcanzar a través de las redes sociales y las nuevas maneras de acercamiento que tenemos que aplicar.
– Buscar materiales de estudio que se ajusten a esta nueva realidad y puedan ser manejados por todos los líderes llamados a enseñar a través de las plataformas tecnológicas. Aun eso debe cambiar. No es lo mismo enseñar una clase presencial con un libro, que enseñar a través de las plataformas digitales con libros digitales.
– La enseñanza a los niños debe cambiar utilizando un acompañamiento a los padres de familia quienes se convertirán en los nuevos maestros y acompañantes de los niños en este proceso de enseñanza. Llegar directamente a los niños será prácticamente imposible, por esta razón se debe utilizar herramientas para interactuar con los padres, los niños y los maestros de la iglesia para que la enseñanza bíblica sea pertinente y duradera.
– El manejo financiero también debe cambiar. La utilización de plataformas tecnológicas la para llevar un control de presupuestos y manejo de las finanzas será un elemento importante. También, debemos pensar en el uso tecnológico y profesional de recepción digital de donaciones, diezmos y ofrendas voluntarias. Aquí podemos valernos no solamente de las transferencias bancarias, sino de plataformas digitales que nos permitan hacer fácil para las personas esta maniobra. Sin olvidarnos del concepto real de lo que significa diezmar y ofrendar de manera voluntaria cómo gratitud al Señor de lo recibido.
Todos está punto son solamente recomendaciones e ideas que cada iglesia debería aplicarlas de acuerdo con sus propias realidades. Lo que sí es importante, es que debemos ser proactivos y creativos para cumplir el encargo que el Señor nos ha hecho de llevar su mensaje de esperanza a los que no conocen al Señor y cuidar con efectividad a la grey que nos ha encargado cuidar.