Nunca me olvidaré de mi primera convención de comunicadores cristianos, organizada por la National Religious Broadcasters en la ciudad de Washington, D.C.
Doy gracias a Dios que no me tocó ir solo. Me acompañó el gran fotógrafo sueco Ake Lundburg, quien fuera durante muchos años el fotógrafo oficial de la revista Decisión publicada por el evangelista Billy Graham. Ahora ambos habíamos ingresado al equipo evangelístico de Luis Palau.
Al caminar los pasillos de la convención, este amigo alto y afable, de sonrisa permanente, saludaba a una persona tras otra, gente que había conocido en sus viajes con Graham. Y lo notable fue que siempre se tomó la molestia de presentar a este jóven productor de radio a sus amigos.
Como un buen afitrión, al presentarme Ake me contaba algo interesante de cada persona, en qué trabajaba, dónde le había conocido, o algún distintivo para dar pie a una breve y amena conversación. Así conocí inclusive a algunos compañeros de Billy Graham, el legendario solista George Beverly Shea, y el maestro de ceremonias Cliff Barrows.
Jamás olvidaré ese gesto de Ake. Más que una simple cortesía fue una estrategia que empleó para abrirme las puertas a un mundo nuevo, mucho más amplio que mi limitada experiencia con una emisora de onda corta en California. Ake se tomó la molestia de conectarme al universo amplio y diverso de las comunicaciones cristianas, presentándome a gerentes y locutores, conductores e ingenieros, cantantes y predicadores, gente visionaria, emprendedora, trabajadora.
El valor de esas conexiones para mi vida y mi trabajo ha sido inestimable. Los primeros amigos luego me presentaron a sus amigos. Y entre todos consiguieron ampliar mi conocimiento de los medios cristianos y de la tarea a la cual el Señor nos ha llamado.
Algunos de esos amigos participaron conmigo en proyectos importantes, incluyendo la fundación de COICOM en Santa Cruz, Bolivia en 1992, y de ComunicadoresUSA en Miami dos décadas después.
Desde esa primera convención en los años 70, he asistido a decenas de encuentros de comunicadores cristianos. Siempre me inspiran. Siempre resultan en nuevas amistades. Siempre sirven para avanzar el Reino de Dios. Y siempre recordaré lo que me hizo el compañero Ake años atrás al conectarme con sus amigos.
Ahora trato de hacer lo mismo con los que llegan por primera vez a eventos como las Cumbres de ComunicadoresUSA. No es nada del otro mundo. Es algo que cualquiera puede hacer. Y solo Dios sabe el impacto que esas conexiones pueden tener en la vida de un comunicador cristiano.
El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano. Proverbios 18:24 (RV 1960)
Por Stanley Jeter. Presidente de ComunicadoresUSA, presidente de la Junta Directiva Internacional de COICOM, y fundador del noticiero semanal Mundo Cristiano.